Pasó que después del reestreno del sábado caí enferma (ya me sentía engripada pero por suerte zafé ese día).
Llovió muchísimo y tenía las funciones infantiles del domingo y lunes (la zona es calle de tierra, medio rural, una aventura!!)
Así que entre malestares físicos y regocijo por Canto a Piñeiro fui pasándola hasta el miércoles que, ya con mejor clima hice la función
para chicos y una idea nueva llamada "A Menudo, Ocurrencias..."
O sea que, me caigo (antes de cada función) y me levanto (para la función) y me vuelvo a caer... jaja! asi estoy estos días
No vi el video todavía de "Canto a Piñeiro"
Los recuerdos de lo del sábado son divertidos y creo que se compaginaron detalles que cerraron bien
Me encanta haber hecho nuevamente la obra
La escena de las relatoras, el clima que tenía el rinconcito de la lectura, esa mesita cálida con los colores del velador invitando a compartir la escucha.
Estas dos señoras (Cristina, Elba) contando una historia entrañable que toca a cada sentimiento en algún momento de la historia, daba una vivencia natural, espontánea y amable.
La presencia, comentarios, el espíritu de Judith ¡los valoros tanto!. Ella me resulta mágica.
Aprendí mucho de observar los comportamientos humanos. Como elenco, como grupo.
Las actitudes de los realizadores no involucrados en esta puesta: la modalidad que cada uno ha elegido para imponer su presencia más allá de sus escritos: está bueno y es comprensible el sentimiento de querer estar.
Respecto a mí, pienso que esta vez (en esta oportunidad de realizar algo) me ubiqué mejor, ya que tiendo a abarcar lo que no puedo, a tener demasiadas expectativas y un alto nivel de exigencia que termina haciéndome mal.
Se conformó un grupo de trabajo con Francisca, los muchachos Mijail y Sergio en situaciones operativas y miembros de la Biblioteca que oficiaron en la iluminación. Mónica en la atención y cuidado de detalles de importancia concretaron, accionaron directamente al objetivo de la realización.
Edurne y su compañera tuvieron una participación interesante (los estudiantes avanzados ponen una frescura y entrega especiales), su manera de
pensar y resolver, de crear en función de la temática y de articularse en el relato.
La actríz, Nadina, es imponente. Su actitud en escena determina.
¿Mi frutillita de la torta? como me gusta y me resulta infaltable: los chicos y grandes del público (gente de Piñeiro) improvisando en la escena de "las escuelas".
Y mi viejo, que se propuso una tarea infatigable: investigar sobre nuestros orígenes. Desde los lugares, las historias transmitidas oralmente, los documentos históricos, los registros y datos insólitos y curiosos! Él se fundamenta en el valor de la identidad. En el valor del conocimiento de nuestro pasado para construirnos como seres individuales y con pertenencia. De quién aprendí una de las mejores cosas para la vida: la pasión por lo que hago y dar sentido nuevamente, revivir, recrear porque sí, porque "esto", también pasará. Todo pasa. Siento mucho mucho orgullo por mi viejo Rudi.
El esfuerzo (por el tremendo frío) de todos quienes compartieron con su presencia interpretando el Bicentenario de la Patria desde una mirada localista, piñerense, que se incluye en la historia de las independencias en Sudamérica.
Cristina, tu saludo me destapó estas reflexiones
y va un abrazo para todos !!
laura
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